La Virgen del Carmen fue la madre del Divino Redentor del Mundo. ¿Cómo podríamos definirla? Ni el pincel de Miguel Ángel, ni la Madonna de Leonardo Da Vinci han logrado traducirnos en forma fiel la imagen de la Virgen María. Innumerables esculturas han tratado de personificar a la Virgen del Carmen, pero ninguna de ellas puede traducir exactamente la fisonomía de aquella gran hija de la Luz. María conoció la doctrina secreta de la Tribu de Leví. María fue iniciada en los misterios de Egipto, conoció la sabiduría de los faraones, y bebió en el cáliz del antiguo cristianismo, calcinado por el fuego ardiente de las tierras orientales.